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Jugar a las canicas… ¿un juego de niños?

Éramos pequeños y nuestras madres tenían que llamarnos en el parque, incluso gritarnos varias veces para que volviéramos a casa a cenar. En aquellos días sin televisión, sin internet, sin videojuegos y sin teléfonos inteligentes con los que enviar mensajes de texto, ¡sólo queríamos jugar a las canicas con los amigos!


Breve historia de las canicas

¿Sabías que las canicas son probablemente el deporte más antiguo de la historia? Los primeros ejemplares se hacían de piedra, de arcilla o de vidrio y se han llegado a encontrar en alguna tumba egipcia de la Edad Antigua (3.000 años a.C.). Llegarían a ser muy populares en la Antigua Grecia, Creta y Roma –César Augusto, el primer emperador del Imperio Romano, jugaba a las canicas– e incluso en la literatura romana hay referencias a este juego, que se practicaba con huesos o nueces.

La popularidad de este juego continúa durante la Edad Media y Moderna, pero no fue hasta el siglo XIX, con su producción en masa, cuando estas mágicas bolitas de cristal llegarían a todos los públicos. 


Karl Witkowski (1860-1910), Game of Marbles


En la actualidad se producen millones de canicas cada año. Y no hablamos de un simple juego de niños, en cada país existen federaciones nacionales (en España, la Federación Española de Canicas) que organizan torneos deportivos para adultos, así como una Federación Mundial cuya misión es difundir este deporte en nuevos países, supervisar las reglas internacionales y coordinar los campeonatos. 


Juego de canicas tradicional

Aunque existen muchas variantes del juego, la esencia es casi siempre la misma: lanzar una o varias canicas para intentar acercarse a otras o a agujeros objetivo. El ganador suele quedarse con las piezas de los jugadores contrarios. El lugar ideal para jugar es en la tierra o arena y las canicas se lanzan con el pulgar, con el índice o con la mano.


Cómo jugar al “gua”

  • Se excava un pequeño hoyo en la tierra, llamado “gua”, y se traza una línea a unos 3 metros.
  • Comienza el juego apuntando desde el gua hacia la línea. El jugador cuya canica queda más cerca será el primero en jugar, el siguiente el segundo y así los demás.
  • Desde la línea los jugadores van lanzando la bola hacia el gua. Cada vez que un jugador hace gua (cae en el hoyo) gana el derecho a repetir turno y lanzar contra las canicas de los otros jugadores.
  • Si toca la bola de otro jugador puede lanzar a gua de nuevo. Si hace gua se queda con la bola.
  • El jugador que pierde canica se puede reincorporar al juego con otra pieza cuando le llegue el turno.
  • Se debe lanzar siempre sin arrastrar, con un golpe seco. Puede hacerse con el pulgar o con cualquier otro dedo o combinación de ellos.
  • No está permitido adelantar la posición de la bola al hacer el lanzamiento.


Beneficios de jugar a las canicas

Jugar a las canicas parece, en principio, no tener mayor relevancia pero lo cierto es que esta actividad aporta una serie de enseñanzas importantes para nuestros niños… y también para nosotros.

Incrementa la coordinación ojos-manos

Este tipo de habilidad cognitiva es la que nos permite realizar distintas tareas utilizando las manos y los ojos al mismo tiempo. Casi todas las actividades de nuestra vida diaria requieren de esta coordinación óculo-motora, de ahí la importancia de estimularla y mejorarla. Dadas sus características, el juego de las canicas puede ser un buen aliado.


En el juego de las canicas se desarrolla la motricidad fina.
Imagen:
iStock photos


Desarrolla la motricidad fina

La motricidad fina es la coordinación de los movimientos musculares pequeños que ocurren en partes del cuerpo como los dedos, generalmente en coordinación con los ojos. Es fundamental desarrollar este tipo de destreza desde que son muy pequeños porque más adelante se reflejará en tareas como cortar, pintar, escribir, etc.

Enseña el cumplimiento de las normas

En este juego se deben conocer ciertas reglas que cada uno de los niños deberá seguir. Aprender a respetar las normas ayudará y orientará al niño en su crecimiento como persona.

Activa el pensamiento táctico

En esta actividad es fundamental contar con una buena estrategia para poder ganar. Ese tipo de tácticas se irán desarrollando durante el juego o aprendiendo de las ideas de los demás. 

Estimula la creatividad

Para golpear las canicas de los demás jugadores, es necesario que el niño trabaje en la resolución de nuevos problemas y estrategias. Esto, sin duda, agilizará su ingenio y ayudará a estimular su creatividad.

Fomenta el desarrollo social

Al jugarse en compañía de amigos, los niños tienen la oportunidad de aprender a ser más sociables a la vez que disfrutan de la actividad.

Favorece la actividad física

Hoy en día el sedentarismo es cada vez más frecuente en los niños, por lo que practicar un juego como este, en el que es necesario moverse constantemente es fundamental.


Canicas… ¿jugamos?

En conclusión, todos estos beneficios se pueden aplicar también a la vida adulta. Qué mejor forma de hacer 40 sentadillas en cinco minutos sin darnos ni cuenta o qué mejor manera de estar concentrados y comprometidos mental y socialmente. Reunámonos pues en grupos pequeños o grandes, busquemos un poco de espacio y ¡saquemos al niño que todos llevamos dentro!

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2 comentarios

  1. Soy una mujer de 63 años, y con mis primos jugábamos a los mables (canicas), a mi no me interesaba ganar o perder, lo que yo deseaba era tener aquellas bolitas mágicas en mis manos, me fascinaban sus hermosos diseños y colores, mi primo era mi héroe pues poseía una lata grande de leche en polvo llena con todas las canicas que había ganado, y las más hermosas las boloncas. Que maravillosas eran las canicas de nuestros años de infancia

    1. ¡Cuánta razón tienes Suyapa! Precisamente la semana pasada, haciendo limpieza de armarios, apareció una bolsa de canicas de cuando mis hijos eran más pequeños. Estuvimos viéndolas una por una, admirando la belleza de esos colores y diseños tan caprichosos, y recordando cuánta ilusión les había hecho conseguir cada una de ellas. Al final la bolsa volvió al armario, junto con algunos juguetes y libros antiguos que mis hijos quieren conservar ¡Ojalá las próximas generaciones sepan valorar la magia de estas pequeñas y maravillosas bolas de cristal!

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